13 nov 2013

2.

¡Ya teneis la segunda entrga del texto!

<<Imponente aun siendo pequeña, como un ser hermoso y valioso, vos la reteneis junto a vuestra merced para no dejar que marche. Para que no os abandone. Ella, caída también, pero sin oscuras alas, cabalga sobre su bello corcél dejandoos atrás con vuestro ejercito. Como una alma libre, corre e incluso vuela. Su rostro pintado, pareciendo una guerrera, brilla bajo la luz de la luna llena.
Pero vos, precioso hasta la muerte, simple e inhumano dios, sigues tu rumbo, junto a todos, aún no alcanzas a saber por que de esa curiosidad... El no poder soportar la ignorancia respecto a su ser, hacia su naturaleza, el poder que desprende, el porque de la ausencia de esa magia que le envuelve.
Con tu ser induces a tus siervos a hacer lo que a ti te place, con una sola palabra provinente de tus dulces y helado labios, haces que caigamos rendidos, nosotros y cada uno que se cruza en tu camino. Pero con ella es todo distinto, con ella no ocurre, tal vez sea demasiado fuerte como para sucumbir a sus encantos, bella y delicada, pequeña pero con fuerza, aunque carezco de palabras para describirla algo más, porque dejandoos a un lado a vos, no hay nadie tan celestial en el inframundo ni en esta tierra, desierta, fuera del alcance de nadie más que tu.
En una perfecta harmonia, su cuerpo y sus invisibles alas eclipsan a la multitud, pero ella no, la belleza que irradia, os cohibe, os confunde... Os nubla el entendimiento sin dejaros pensar.
- Dime, radiante princesa, ¿Porqué abandonas tu vida por mi?
- No la he dejado por vos, mi destino me trajo hasta aquí.

¡CONTINUARÁ!>>

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